lunes, 19 de abril de 2010

Caminos sin salida

Sólo hay un verdadero Camino: Cristo.

Lo demás son caminos sin salida, casi siempre anchos en su origen, pero tortuosos y estrechos al final, antes de mostrar su terrible final.

Lo peor de los caminos sin salida es que el mundo los siembra de señales del tipo "es TU camino", "tienes derecho a equivocarte", "quien te hable de otro mejor es un fanático".

Pero hasta en el más alejado y siniestro camino sin salida, nos aguarda la mano tendida de Aquel que nos puede traer de nuevo al Camino Verdadero: el que lleva a la vida eterna.

martes, 5 de enero de 2010

Camino... y Caminante


No recorremos un Camino que permanece invariable ante nuestro paso. Cada pisada nuestra deja su huella en Él, cada palmo del Camino nos modela. Nuestro Camino es también Caminante junto a nosotros. El Camino, es decir Jesucristo, nos acompaña, nos guía, nos consuela, nos anima. "Con Él y en Él".

Y no vamos camino de Emaús, sino a los brazos de Dios. ¡Aleluya!

San Bernardo - la venida particular de Jesús


‘Conocemos tres venidas del Señor. En la primera, el Señor se manifestó en la tierra y vivió entre los hombres, cuando -como él mismo dice- lo vieron y lo odiaron. En la última, contemplarán todos la salvación que Dios nos envía y mirarán a quien traspasaron. La venida intermedia es oculta, sólo la ven los elegidos y gracias a ella reciben la salvación. En la primera, el Señor vino revestido de la debilidad de la carne; en esta venida intermedia, viene espiritualmente, manifestando la fuerza de su gracia; en la última, vendrá en el esplendor de su gloria. Esta venida intermedia es como un camino que conduce de la primera a la última. En la primera, Cristo fue nuestra redención; en la última se manifestará como nuestra vida; en esta venida intermedia, es nuestro descanso y consuelo.’

San Bernardo

martes, 22 de diciembre de 2009

Prohibida la cruz, prohibidos los cristianos

Resulta que la cruz ofende a los no cristianos; mejor dicho, a los ateos.

Es comprensible. La cruz de Cristo fue escándalo para los gentiles desde el principio, porque es inadmisible al sentir mundano el que el Salvador muera en el peor de los tormentos. Hoy en día el tema no es distinto; la cruz es signo de contradicción como Simeón anunció, ya que reprensenta la humildad, la pureza, la entrega, la unidad, la esperanza, el amor, frente a la soberbia, el hedonismo, el individualismo, la margura, el odio que predica e impone el mundo.


Así que, a nivel mundial, existe un movimiento de supresión de la cruz. Nuestro gobierno ateo no se queda detrás en este tema, como en ningún otro en el que se atente con saña contra la naturaleza espiritual del ser humano.

Sólo hay un pequeño problema. Con la cruz, estamos los cristianos. Cada cristiano es signo de Cristo, tanto como lo es la cruz. Nuestra vida, nuestra oración, nuestro credo, nuestra moral, nuestra sonrisa son (¡deberían ser!) testimonios del amor de Dios. Tanto como la cruz en la que el Redentor entregó su vida por cada hombre.

Así que la prohibición de la cruz en el espacio público traerá inevitablemente la prohibición del cristianismo como práctica admisible públicamente. Ya sucedió antes; pero de las catacumbas del espíritu, la gracia impulsa a cada cristiano a dar testimonio de la Buena Noticia. Me pregunto qué nuevas formas de martirio estará preparando Satanás en la civilización de los "derechos" del hombre. Tal vez el ostracismo profesional, la inaccesibilidad a los servicios públicos (educación, sanidad,...), la pérdida de derechos civiles o la marginación económica, política y social.

Sea lo que fuere, ¡bienvenido sea! El Estado de bienestar nos prepara también un servicio de acceso rápido a la eternidad junto a Dios...


jueves, 17 de diciembre de 2009

Monseñor Munilla - cuando Dios y los hombres dicen cosas distintas...

He oído que hasta el 77% de los párrocos de Guipúzcoa ha expresado mediante un comunicado su dolor he inquietud por el nombramiento del nuevo obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla. Que los párrocos no estén en comunión con el pastor que el Vicario de Cristo en la tierra ha designado es una muestra de su soberbia y de su oposición a la voluntad de Dios.


Pero que se haga porque Monseñor Munilla es una persona justa y bien preparada y porque la doctrina que enseña está en comunión con el Magisterio Universal de la Iglesia, indica hasta que punto "el humo de Satanás" ha entrado en ciertos ámbitos eclesiales.

La Iglesia es Católica porque es Universal. Me pregunto qué pretenden los párrocos vascos, ¿iniciar una teología de la "Euskaliberación"? Cristo derramó su sangre por todos. Si echó del Templo de Jerusalén a quien lo había convertido en casa de ladrones, ¿qué haría con los que pretenden convertir la iglesia en refugio de empecinados y asesinos?

Nunca dejo de soprenderme de lo alejados que son nuestros caminos de los caminos de Dios; me basta con mirar los míos...

En fin, desde aquí envío mi felicitación a Monseñor Munilla por su testimonio en favor de la Iglesia, por su fidelidad al mensaje de Cristo, y le animo a soportar con amor y perfecta  alegría los desvaríos de las ovejas que le han encomendado.

Excelente cruz para un excelente siervo. ¡Hágase tu voluntad, Señor!

lunes, 14 de diciembre de 2009

La Verdad es intolerante

Hoy nos enseñan a (mejor dicho, nos adoctrinan para) "ser tolerantes". La tolerancia se nos presenta como una virtud democrática con mayúsculas.

La tolerancia en general es la aceptación de lo malo; toleramos lo que nos molesta o lo que nos daña (desde los ruidos de los vecinos hasta los efectos de la quimioterapia). No necesitamos tolerar a los seres que queremos, o aquello que deseamos, o lo que consideramos bueno. En este sentido, es absolutamente indeseable.

En su mejor acepción, la tolerancia es un freno a la perfección; se supone que debemos tolerar a quien no piensa o vive como nosotros, a quien deberíamos querer pero no queremos porque no se ajusta a nuestra manera de pensar a vivir. Pero a estas personas no debemos tolerarlas: ¡debemos aprender a amarlas! 


De hecho, no hay mayor "intolerancia" que la de la Verdad. La Verdad no puede aceptar lo que no es suyo, es decir, la mentira. La Verdad no puede "bendecir" opiniones erróneas, no puede abrazar como bueno lo que es malo, como hermoso lo que es feo; las Verdad está por encima de los debates y los consensos. La Verdad no puede negarse a sí misma.

Por eso estoy convencido de que la tolerancia es una actitud más propia del necio que del sabio. Aprendamos a conocer y desear lo bueno; luchemos contra lo que sea malo, y amemos lo que es bueno.

¿Y qué es bueno? La Verdad nos lo revela. ¿Y cómo conocer la Verdad? Andando el Camino...

domingo, 6 de diciembre de 2009

Si vivimos para el fin de semana, ¿cuánta vida perdemos?

Es normal escuchar la frase "ya queda menos para el Viernes". No me gusta; lo siento. ¿Por qué hay que vivir para el fin de semana? Voy a dar al lector dos motivos para vivir cada día como el mejor, independientemente de cuál se trate:

* Somos lo que somos en el presente. Lo que caminamos queda atrás, y lo que estamos por caminar lo estamos construyendo ahora. Ahora somos felices o infelices, ahora sonreímos, amamos, gozamos, compartimos, sufrimos. Ahora. Cada momento es único, porque es el único que tenemos.


* ¿Quién dice que llegaremos al fin de semana? Yo no tengo un saco de días restantes de mi vida, en el que incluya ni siquiera el fin de semana. Ni genero ni puedo almacenar el tiempo. Así que el momento actual es el único que puedo disfrutar.


¡Cuántas frases hechas necesitamos para perder el control de nuestra vida, la capacidad de amar y el don inestimable del entusiasmo!

¡Sorpréndete por el momento actual! Contémplalo, disfrútalo, empléalo como el único que tienes.